domingo, 3 de julio de 2011

CUBO NARANJA

CUBO NARANJA DE LYON
ARQUITECTO: Jakob y Macfarlane
LUGAR: Francia, Lyon
FECHA: 2011


Este complejo comercial de cinco plantas del estudio parisino de Jacob y Macfarlane Architects esta situado en Lyon y fue construido sobre un muelle junto al río Saona.

El propósito de este proyecto es revitalizar los muelles de la rivera de Lyon bajo un nuevo concepto cultural y comercial sin desperdiciar las ventajas que ofrece la herencia industrial. Es así como aquellos elementos que antes tenían una connotación puramente funcional, pasan a ser el escenario de la experimentación arquitectónica.


El proyecto está diseñado como un simple cubo ortogonal en el que se talla un agujero gigante, en respuesta a las necesidades de control de la luz natural, flujos de aire, control térmico y generación de los distintos puntos de vista interiores desde el edifico.

Tres volúmenes cónicos dispuestos en tres niveles perforan el edifico: el ángulo de la fachada, el techo y el nivel de la entrada.


El edifico tiene unas medidas de 29 x 33 m. Su estructura es de pilares de hormigón armado.

Otro elemento notable de su diseño es su color naranja brillante, que es una abstracción de la pintura con minio, de uso frecuente en las zonas industriales del puerto.


La piel exterior es una fachada ligera, que fue perforada con un patrón pixelado que se asemeja al movimiento del agua, una referencia al caudal del río adyacente. Esta permeabilidad permite líneas de visión y la entrada de luz natural, a la vez que le da una identidad propia a la construcción.

La cáscara cúbica está envuelta por una celosía de aluminio que se concibe como una pantalla capaz de reflejar los tonos cambiantes de la superficie del río.


En el edificio se desdibuja el límite entre interior y exterior. El armazón cubierto por una malla agujereada perforada cuyo diseño es la abstracción de los movimientos del río produce una sensación de gran espacio abierto desde el interior del edificio y facilita aún más la circulación de aire fresco y la entrada de luz. Estos agujeros se repiten en algunas áreas internas, facilitando así la conexión visual entre distintos sectores dentro del edificio.

El Cubo Naranja tiene 5 pisos, cada uno con balcones que funcionan como puntos informales para reuniones espontáneas. El primero de estos tiene altura doble y alberga un salón de exhibiciones y ventas, mientras que el último lleva a una enorme terraza desde la cual se puede admirar la ciudad de Lyon, las colinas y el proyecto urbanístico creado en el puerto.
















































domingo, 26 de junio de 2011

DOMINIUS WINERY

DOMINIUS WINERY

ARQUITECTO: Herzog y de Meuron
LUGAR: EEUU, Califoria, Napa
FECHA: 1998


Este singular edificio destinado a la conservación de toneles y barricas, destaca por su cerramiento exterior y como las bodegas se confunden con su entorno. Gracias a los materiales elegidos para su construcción, Dominus, en el valle de Napa en California, es sin duda una de las bodegas más modernas de la actualidad.

El proyecto se basó desde el principio en una idea, que la construcción tuviese el mínimo impacto ambiental en el área circundante. Por ello se escogieron los materiales presentes en la zona, basalto verde oscuro y negro, además del hierro y el cristal, que iban a formar la estructura.


A lo lejos, el edificio, formado por una única pastilla, parece emerger de la tierra, como un muro detrás de los viñedos.


Desde el punto de vista tipológico se trata de una bodega para la conservación de toneles y barricas, con, además, una sección dedicada a oficinas. La intención del proyecto es doble.

Por una parte, en lugar de reducir el impacto visual provocado por las dimensiones del edificio (100 m de largo, 25 m de profundidad y 9 m de altura), los arquitectos suizos han elegido acentuar la desproporción y confiar el exterior a la estereometría de un volumen único y compacto.

Por otra, inventan una solución estéticamente nueva pero funcionalmente correcta en el uso de los materiales.

Al exterior el corte tornasolado del basalto, que difumina del negro al verde, atenúa sensiblemente el impacto ambiental que un objeto arquitectónico de este tipo corría el riesgo de causar. El edificio se confunde de este modo con el paisaje, del que se convierte, simplemente, en una línea horizontal más, apenas un poco más definida y precisa que las formadas por las hileras de viñedos. En el interior, la posibilidad de variar la cantidad de piedras dentro de cada una de las cajas permite hacer diferencias en el espesor de las paredes. Esto añade a la característica moderación de temperaturas, propia de los edificios antiguos, la de la ventilación y la iluminación natural, aunque, al contrario que se hace con los sillares antiguos, las piedras más grandes están encima, y las más pequeñas debajo.


La luz flota a través de los bloques, crea texturas impredecibles, que cambian según las diferentes condiciones externas y las formas de la piedra. El efecto, absolutamente inaudito, es el de un encantador parasol, duplicado por el cristal en la zona de oficinas. En contraste, los "cortes" operados en la mole compacta de la construcción, correspondientes a los accesos para automóviles, permiten conectarse de nuevo con el sereno paisaje de colinas que se encuentra a sus espaldas.


La piel del edificio está constituida por cajas modulares de red metálica que contienen bloques de piedra local de formas y tamaños diferentes -una técnica usada habitualmente en ingeniería fluvial- contenidas y fijadas en el interior de una estructura metálica también modular.