Distrito C, o Distrito de la Comunicación, es el nombre que reciben las instalaciones principales del Grupo Telefónica en Madrid, situado en la zona norte de la capital.
El complejo, inaugurado en 2008 cuenta con 390.000 m².
El Distrito C de Telefónica, está situado en el PAU de Las Tablas, Madrid, junto a la M-40. Se compone de doce edificios destinados a oficinas, cuatro de ellos de diez plantas situados en los extremos y ocho, de cuatro plantas en el centro.
Constituye el complejo construido en cristal, más grande de Europa. Pensado para albergar 14.000 trabajadores, contienen además de oficinas: restaurantes, guarderías y algunas tiendas.
Para crear un ambiente de colaboración y encuentro entre los distintos trabajadores de la empresa, se disponen en las esquinas del recinto cuatro áreas abiertas o plazas como extensión del Atrio Central.
En torno a cada una de estas plazas se agrupan, en una nueva adición, tres edificios. Dos menores y un tercero cúbico que delimitan las plazas y al mismo tiempo los límites totales del Campus.
Conceptualmente entre estos cubos, se tiende un toldo o cubierta medioambiental que engloba, cubre y delimita el perímetro del Campus.
Recubierto de placas fotovoltaicas, este toldo de 3,8 Ha capta energía (un 18 % del consumo del complejo) y lo que es más importante, sombrea fachadas y plazas. El espacio de las cuatro plazas aparece entonces como la geométrica instalación de una precisa disposición de planos de fachada verticales y cubierta horizontal que acoge al mismo tiempo el reducido universo social en que se fragmenta el gran tamaño de la compañía, actuando como acceso peatonal propio e independiente a cada plaza.
Como consecuencia, cada uno de estos cuatro ámbitos menores se relacionan entre ellos a través del Atrio Central que confía su vibración y calidad ambiental a este encuentro, a los cruces circulatorios entre plazas y a la actividad de la estación de metro público que al disponerse en este espacio garantiza no solo la funcionalidad del Distrito C, sino su vocación pública y abierta.
La nueva sede de Telefónica se ha diseñado conforme a distintos criterios de arquitectura sostenible. Se han tenido en cuenta los materiales empleados en su construcción, para conseguir minimizar el consumo de energía. Además de la eficiencia energética, también se ha cuidado la eficiencia del espacio y el respeto con el medio ambiente.
La elección de los materiales para la construcción de un edificio sostenible es una decisión de gran importancia, pero supone una dificultad añadida, puesto que la variedad de materiales reciclados o reciclables es bastante limitada. El vidrio, elegido para la cubierta de todos los edificios que conforman el Distrito C, cumple perfectamente con los criterios de sostenibilidad, al tratarse de un material reciclable con una vida ilimitada.
Todos los edificios del Campus se sitúan delicamente sobre este entramado de patios, plazas y atrio envueltos en una dinámica doble fachada, común en todo el Campus.
El diseño del complejo de Telefónica va a permitir un ahorro muy importante en climatización, del 15% en invierno y del 34% en verano.
Telefónica ha optado por la energía solar, instalando en su sede, el mayor parque productor de energía solar de Europa y uno de los mayores del mundo sobre cubierta.
El parque empresarial contará con más de 16.600 paneles solares fotovoltaicos situados sobre la cubierta del complejo de oficinas. Las dimensiones de la marquesina superan el kilómetro de longitud y sobrepasan los 57.000 metros cuadrados de los que 21.000 metros cuadrados se habilitarán para la instalación de los paneles solares. El proyecto energético supondrá una inversión de más de 21 millones de euros y generará más de 3,6 GWh al año.
El proyecto contempla una fachada formada por una doble piel de vidrio exterior, conectada a la fachada interior mediante unas costillas de vidrio estructural, a modo de viseras y parasoles. El conjunto de fachada supone más de 85.000 metros cuadrados de muro cortina, el doble si hablamos de superficie de vidrio.
La dificultad del proyecto está en asegurar un diseño fiable del conjunto de la piel interior, que se ejecuta como un sistema de fachada modular, y al mismo tiempo permitir que a su través se fijen las costillas de vidrio que reciben la carga de peso propio, viento frontal y viento lateral de la piel exterior de vidrio.
Rafael de La-Hoz ha querido materializar su visión de una caja abstracta y transparente, similar a un cubo de hielo en el que no se distingue la visión entre plantas, y para ello ha seleccionado un vidrio serigrafiado con puntos de color blanco.
Este nuevo vidrio desarrollado específicamente para este proyecto, transparente desde el interior y opaco y claro desde el exterior hace visible por contraste , claro-oscuro, la sombra proyectada del sistema de parasoles verticales que vinculan estructuralmente las dos fachadas.
La presencia de vegetación contribuirá a la reducción de la contaminación acústica.